Hoy día quería tomar unos minutos nada más para dar mi testimonio del Salvador, Jesucristo. Yo sé que Él es el Hijo de Dios, el Salvador y Redentor del Mundo. Él vino a este mundo para pagar el precio por nuestros pecados. Hizo por nosotros lo que no podíamos hacer por nosotros mismos. Nos da la oportunidad de mejorarnos, de arrepentirnos, y recibir paz y felicidad.
Él nos mostró el ejemplo perfecto. Nos enseñó Su Evangelio. Si tenemos fe en Él, nos arrepentimos, nos bautizamos, recibimos el Don del Espíritu Santo, y perseveramos hasta el fin, seremos recibidos en los cielos. El seguir Sus enseñanzas me ha traído felicidad y gozo en esta vida. Yo no soy perfecto, pero yo sé que mi progreso personal es posible solamente por medio de los méritos del Cordero de Dios.
Jesucristo sufrió los pecados del mundo, murió por nosotros, y resucitó al tercer día. Solamente por medio de Él podemos, un día, regresar y vivir con nuestro Padre Celestial. Estoy tan agradecido por el Salvador, y todo lo que hace por mí. Le amo, y le quiero servir, y yo sé que ¡eso es la fuente de la felicidad, y vida eterna!
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